lunes, 15 de abril de 2013

Heavy

Caos, gritos y desesperación, en eso se convirtió una tranquila y soleada tarde en Boston, en pleno feriado. Eran las 13:00 hs y salíamos con mi hermana de un mercadillo, enchumbados de olor a comida con la idea fija de ir a visitar el famoso Boston Public Garden. Caminamos y medio que nos perdimos, Boston es una ciudad donde cada callecita está hecha a la antigua y uno no sabe muy bien para donde agarrar. Nos cruzamos unas bicis, esas de primer mundo, que hacen gala de que con una simple tarjeta de plástico uno puede acceder a unos minutos de felicidad pedaleando. Luego de unos problemitas por ser toscos, emprendimos nuestro viaje al Parque. Boston nos había recibido con 7 grados, lluvias y días grises. Era mi último día ahí, por fin salía el sol, era un momento ideal… Como unos bambis, ni sabíamos que era la zona por donde terminaba la maratón. Quedamos como locos pedaleando en Commons, que es un gran parque al lado del famoso Boston Public Garden, al cual cruzamos emocionados. Era genial. Verde, majestuoso, con abundante gente disfrutando del aire libre. Mientras seguíamos pedaleando, ahora con el apuro de encontrar una estación para devolver las bicis, ya que se nos acababa la media hora de "alquiler". Nos pasamos un poco del parque hacia la zona de la maratón, mucha gente, mucho despliegue y mucha seguridad. Seguimos adelante por una calle paralela, cuando de repente yo siento un "PUM". ¿Habrán llegado?", me pregunté enseguida, pero seguí pedaleando. Vale (mi hermana) en su mundo, miraba las casas, el paisaje y la gente. Llegó el momento de ver patrulleros por todos lados, gente que lloraba, y corría. Algo así como un ambiente perfecto pasó a ser un caos, de película. Si alguno vio "La suma de todos los miedos" esto es lo más parecido que yo viví. Con Vale nos miramos, "qué concha pasa". Nos fuimos hacia el medio, de donde salía la gente llorando y corriendo, había caras de susto, desfiguradas. Pensamos que eran unos yankees perseguidos. Pasaron 2 cuadras y el cordón policial era mucho mayor, por suerte encontramos donde dejar las bicis. Nos fuimos al Boston Publica Gardens, re mansos "dale, vichémoslo". Ahí fue que la situación nos quebró. Dos rubios gigantes (estilo Seguridad/Patovicas) con cara de susto, con sus remeras llenas de sangre dijeron que había sido un ataque terrorista. Mi hermana me empezó a gritar, y yo la tenía enfrente, el miedo no la dejaba ver. La vi y me puse nervioso, pero contradiciéndome le repetía "estamos tranquilos no nos va a pasar nada", me acordé todas las cosas que quería hacer y no había hecho. Me acordé de mis viejos, que no sabíamos en qué punto de Boston estaban porque nos separamos después de comer. Y me acordaba y trataba de estar tranquilo, con la idea clara de salir de todos los puntos turísticos. Entre todo eso, pasaban los patrulleros y los bomberos. La gente que había corrido la maratón estaba triste, un evento deportivo y apolítico estaba en el ojo de la tormenta, un K.O. a gente que no tiene nada que ver. Llamé al viejo, me atendió, respiramos con Vale y nos encontramos 20 minutos después en el Parking. Llamó mi tía, que estaba en Washington, me dijo "Viene un ataque terrorista" entre llantos… Tiene una hija chica, no sé quién la calmó, yo no fui. Llegamos al hotel en las afueras de Boston a las 16:40, ya siendo las 23:35, mientras escribo, mi familia y yo seguimos consumiendo todos los medios de comunicación para saber qué pasó y porqué... ¡Heavy!