jueves, 17 de febrero de 2011

Tributo al mejor 9 que vi


Muy pocas veces escribo de fútbol, sobre todo porque los periodistas deportivos me generan un poco de nauseas. Para los que no me conocen, vivo el fobal como pocos, soy enfermo... pero ta, no importa, hoy le quiero dedicar un post al mejor gordo de la historia: Ronaldo.
Para los de mi generación, que nos criamos con el mito Maradona, ya que casi que ni lo vimos jugar, vimos la brillantez de Zidane (y tantos otros), lo del Gordo Ronaldo fue lo más parecido al mito de jugador de elite (entiendase elite como Pelé y Maradona). En el mundial del 98 fue la primera vez que lo vi, un dientudo flacucho (en ésa época) se cargaba a todos los defensas, a todos los golpes y sobre todo, se cargaba mis ojos. No lo podía creer... En esa época jugaba Denilson, otro brasuca que tiraba bicicletas indiscriminadamente, muchas veces sin utilidad, pero cuando las tiraba el gordo Ronaldo agarrate Catalina. Fuiste. Velocidad, regate, aptitud física, cabezazo, de zurda, derecha; un animal. Pero más allá de la magia, lo notable de Ronaldo era su sobriedad ante los micrófonos. Si bien fue de los primeros futbolistas que la máquina del marketing Nike explotó, el tipo muy pocas veces se fue de boca, ni entró en conflictos porque le pegaran, al revés, se levantaba y les tiraba un caño; una actitud genial.
Y sí, el gordo fue un ejemplo. Fiestero como todo brasuca, este gordejo tuvo 3 lesiones graves. En 2001 todo el mundo lo daba por muerto, pero en 2002 nos regalo la copa del mundo que él se merecía. Quizás fue una copa mediocre, yo disfruté viendo como el gordo levantaba la copa. Como en la cancha, cada vez que la vida lo tumbó, el tipo se levantó; y eso es un ejemplo para todos. Hoy se aburrió de las lesiones y de su pesado físico, pero no importa. Lo mejor quedó en la retina de los que amamos el fútbol, de los que disfrutamos de la alegría de su juego.
¡Gracias Gordo!

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