Setiembre de 2010 fue un mes durísimo. Renuncié al trabajo que tenía y después comencé una linda danza de entrevistas laborales. Encontré 2 textos de esa época que nunca publiqué, el primero Kamikaze, habla de mi renuncia, el segundo, Otra oportunidad, expresa las sensaciones de mi primera entrevista en mi actual trabajo, tenía miedo y se nota.
Kamikaze
Lo arrinconaron como a un boxeador noqueado. Cada vez que escuchaba un "no hay aumento" y un "qué te pasa" era como tropadas del propio Alí. Amagó, como lo hace cada domingo y quiso tirar un caño, pero no le salió. Lo dejaron más arrinconado, casi sin posibilidad de movimiento. Las palabras salieron solas de su boca: "No soy felíz viniendo acá". Con cara de asombro dijeron "Queremos recuperar al Comadreja con todas las pilas", él los miró sabiendo que ya no hay vuelta atrás. No era felíz, hace mucho que no sentía ese cosa interna que te hace levantarte con ganas todas las mañanas. Como un Kamikaze sentenció el encuentro: "lo mejor va a ser que busquen a otra persona".
Otra oportunidad
Me siento dentro un programa argentino, ésos en los que un gil -como yo- baila por un sueño. El tipo se entrena, suda y se agota. Llega la hora del show, los nervios lo comen, fuma un cigarrillo atrás del otro antes de salir al escenario. Se siente agotado. La muchedumbre lo marea, al punto que siente un fervor circular en su cabeza; algo por ahí no está funcionando bien. El sonido de la música lo hace olvidarse de todo lo que tiene alrededor, es el momento ideal para mostrarse, para lucirse. La presentación viene excelente. Se resbala y cae al piso. Se levanta y termina su show. El jurado hace su trabajo, él piensa en otra oportunidad...
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