viernes, 5 de octubre de 2012

Un día volví con furia

Jugoso, a punto o cocido. Esa nunca debería ser la cuestión, ¡pero lo es!
Comer un asado, no hay más uruguayo, juntarse con amigos o con la familia a degustar la excelente carne que tenemos. Es ahí de donde sale inspiración para este post, ya que el asado con amigos es completamente diferente al asado familiar, y eso repercute directamente en los asados de amigos que se suman "amigas" o novias. Entrecomillo la palabra amigas porque para mi es un bolazo eso de la amistad del hombre y la mujer, pero de eso voy a escribir en otro momento. ¿Qué pasa?, ¿cuál es el problema de que vayan "amigas" a un asado? Es simple, tan simple como sumar uno más uno. En un asado familiar, el padre o el hermano mayor, son los encargados de dirigir la parrilla, pero ete aquí que si hay una fémina en la familia (madre o hermana), comenten el enorme error de preguntarles cómo quieren el asado. Y aquí está el problema, padres y hermanos mayores, carajo no se pregunta, pirca en un tabla con pan y O-L-V-I-D-A-T-E. Padres y hermanos son los responsables de que las féminas no comprendan el hecho social de comer un asado. Una lo pide a punto, otra jugoso, otra como suela de zapato y otra carbonizado.. Un horror, ese "malcriamiento" masculino hacia las mujeres de su familia los hace que ellas no comprendan este hecho social, juntarse a pasarla bien y a charlar, comiendo carne si, pero donde nunca importa el color de la carne, si tiene grasa, si hay ensalada de hojas verdes, de rúcula y tomate y otras verduras que ahora están de moda y no me acuerdo.. Yo cuando tenga una hija, le voy a tratar de enseñar que coma el asado picado, con carne, de la tabla y como se lo sirvan. Jugoso, a punto o cocido, da lo mismo, solamente hay que disfrutar del hecho social. Jóvenes padres háganme caso para mejorar a las futuras generaciones de "amigas" para comer un asado.
Sin más, la ira está descargada...

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