jueves, 10 de septiembre de 2009

La liga


Por qué nos gusta la Liga... Es una de esas preguntas que más veces nos ha tocado responder seguramente a muchos integrantes de cualquier equipo de la Liga, en este caso del queridísimo Mitre. Y siempre del otro lado, el que pregunta, nos encontramos con dos tipos de especímenes diferentes: mujeres o amigos.

Los amigos que no juegan en la Liga simplemente no les gusta el fútbol, y en el caso que sean futboleros hay muchos puntos de la mística que tiene jugar un domingo de mañana que nunca lo van a entender. “Yo me quedo durmiendo”, “Yo me mamo la noche anterior” (yo lo hago, voy y juego; ¡blandito!), “Llego tarde a comer el domingo”, entre otros de los flojos argumentos. Cuando son chicas las que cuestionan es más aceptable. Y sí, porqué llevarla temprano en la casa, porqué no nos quedamos un rato con ellas, porqué abandonar la cucharita en las frías mañanas de invierno (este argumento está jodido de tirar abajo).

El tema que deberían entender es el fenómeno grupal que da la Liga. Eso de juntarse temprano, tener una responsabilidad extra (pero eternamente disfrutable para quienes jugamos), de llegar a la cancha y sentir el olor a pasto mojado, de cagarte de frío cambiándote, de putear a los jueces, de tirar todos para el mismo lado, de lograr un objetivo. Ni te digo cuando hacés un gol, ni te digo cuando se gana de orto todos colgados del travesaño... Señores críticos para entenderlo hay que sudarlo con amigos alrededor.

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