domingo, 5 de febrero de 2012

Aquiles


Quería emular al pélida Aquileo. Quedaban solo 5 minutos de partido. Perdiamos por 3 goles y lo habíamos empatado. Eran las casi las 11 de la noche de un 3 de enero, Yo había tenido un día de mucha pachorra en el trabajo, por lo que pensé que jugar un fútbol 5 era una idea soberbia. Saca el golero, se la da un defensa, me la pasa medio corta. Trato de acelerar. Siento un sonido profundo, que como un relámpago me rebota en todo el cuerpo, desde la pantorrilla izquierda hasta el oído del mismo lado del cuerpo. Me caigo al piso tumbado, sin la pelota y mareado. Miro a mi alrededor, y con cara de pocos amigos le pregunto al flaco más cercano si me había pegado. Me responde con cara de yo no fui un suculento "no". Se arrima uno del otro equipo diciendo que es fisioterapeuta, me examina la pata y me sentencia, "flaco rompiste el aquiles". Qué pélida ni pélida, los 2 meses del verano rengueando como un boludo. Ya pasó 1 mes... Que 1 más y después a encarar esa recuperación.

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